ANDA PROCESIONAL

Descripción del diseño de las andas procesionales del misterio de las negaciones de San Pedro

     La manera de ser portada elegida para ello es siguiendo la estética que se fue imponiendo en Sevilla a partir del último cuarto del s. XVI, que es cuando se comienza a representar los conocidos popularmente como “misterios” mostrando escenografías teatrales. Estos, al contar con imágenes de mayor tamaño y por lo tanto mayor peso en comparación con las que se realizaban en épocas anteriores, harían posible el desarrollo de la forma de posesionar, evolucionando el modelo de las populares andas portadas a hombros hacia el inicio de los actuales “pasos” siendo llevados por personas en su interior. Ya desde finales del s. XVI se fueron consolidando la forma de ser llevadas, que alcanzará su máximo desarrollo a partir de la segunda mitad del s. XVII, momento en el se que acabaran fijando unos modelos que podemos considerar “canónicos” y en virtud de los cuales ha sido realizado este diseño.

La función principal por tanto de dichas andas procesionales será por tanto la de mostrar de la manera más óptima, sin renunciar a la belleza y armonía estética, la composición de figuras que describirán el anteriormente citado pasaje evangélico.

El estilo del diseño lo podemos designar de líneas barrocas o más técnicamente denominarlo como “Neobarroco”, inspirado en cánones clásicos de ese periodo artístico, tanto en las andas procesionales del mismo como en las trazas de la retablística de la época.

Será realizado en madera noble como es el cedro real toda la parte ornamental del revestimiento interior de la obra y la estructura interior formada por parihuela, caballetes y tablazón superior en madera de pino flandes o similar dureza. El cedro es el material elegido por su calidad en el desbaste y acabado a gubia así como por sus condiciones biológicas propias; al tratarse de una maderas de las denominadas tropicales y “olorosas” no es atacada por los xilófagos en general (polilla, carcóma, etc… ). Podremos entonces hacer una distinción de tres partes principales en el conjunto de la obra:

  • La parihuela o la popularmente llamada “mesa”.
  • El canasto o canastilla.
  • La zona superior donde se sustentará el tablazón en el que irán ancladas las imágenes

La parihuela o “mesa” medirá entorno a los 2.40m de ancho por unos 5.10 de largo, medida mínima necesaria para una correcta distribución de un misterio de varias imágenes como el que se pretende representar. La mesa estará compuesta por la parihuela interior y revestida por los conocidos como “respiraderos”. Estos estarán formados por partes realizada en talla y parte en bordado en oro, aliviando de ese modo una fracción importante del peso de los mismos. Rematará en su unión con la superficie donde asienta el canasto, con un moldurón tallado cuya horizontalidad se verá truncada por pequeñas cartelas, las esquinas labradas íntegramente en madera y la cartela central. Ésta última irá emplazada, como ya ha sido comentado, en la mitad de cada paño, es decir en el frente, trasera y laterales. En dichas cartelas será tallado un escudo, siendo los elegidos para ello el propio de la Cofradía que irá en el respiradero frontal, el de Jerez de la Frontera en la trasera, y en cada lateral el escudo del Obispo de la diócesis, su Excelencia Reverendísima D. José Mazuelos Pérez, quien firmó el decreto de Hermandad; en el otro lateral el escudo del Cabildo Catedralicio. Flanquearán las esquinas en la delantera y la trasera de los mismos cuatro maniguetas a modo de vestigio de funcionalidad meramente estética de la manera de posesionar en los siglos XIV y XV. La parte inferior del conjunto portará faldones en terciopelo de color morado, por ser éste el color más identificativo de dicha Hermandad.

     El canasto está diseñado siguiendo la forma trapezoidal invertida, es decir que paulatinamente se vaya elevando el conjunto en el espacio irá buscando una mayor apertura en las formas predominantes de su arquitectura con el único fin de lograr un esencial espacio en la superficie superior que es donde irá emplazado el misterio. Alcanzará una altura media de 70cm (zona en la que se emplazará el tablazón superior, obviando la crestería que asciende y desciende según el dibujo del canasto). La planta del mismo irá trazada realizando suaves entrantes y salientes, separados entre si por ingletes que dotarán de mayor fuerza estética al conjunto, al igual que su perfil donde predominará el bocel o “bombo” como elemento arquitectónico principal, y con medias cañas y enfajados lisos. Las esquinas serán trilobuladas con ingletes y la parte central de cada paño del canasto poseerá una cartela donde será mostrada una escena de la Pasión de Cristo en la que aparezca la Cruz (como símbolo de la Redención del Señor) de elemento fijo. Se presentarán un total de cuatro y siendo éstas las únicas piezas de ornamentación escultórica que portará todo el conjunto de las andas procesionales. Finalizará en su parte superior con una suave crestería que enfatizará la línea barroca de la canastilla. Toda la talla de los moldurones, medias cañas y bocel que conforman las piezas descritas, irían caladas al objeto de no aparentar sensación de pesadez de este conjunto.

En el tablazón se situarán los candelabros de guardabrisas, un total de seis, cuatro en cada vértice del mismo, que portarán un total de nueve luces, y uno en cada mitad del lateral del mismo que llevarán cinco. Estas piezas de luz han sido diseñadas siguiendo la forma de “piña” que como principal característica tiene la de ocupar menos espacio en la superficie y dotar de mayor luz al conjunto.

La ornamentación de todas las piezas labradas será a base de motivos vegetales, como hojas de acanto y frutales que contrastarán con piezas circulares lisas en medio relieve como las que podemos contemplar en las cartelas pequeñas que rompen el moldurón del respiradero o en los remates de la cartela central o de las esquinas del canasto y respiradero.

Su terminación consistirá en dorado en oro fino de las partes talladas, conjugando zonas en oro bruñido con zonas en oro sin bruñir para realzar el dibujo y volumen de la talla ornamental y de las partes lisas, a excepción de la maniguetas que se encharolarán en un tono de madera oscura y patinada.

Como se puede apreciar en el diseño se ha pretendido dotar al mismo de un carácter sobrio y elegante, huyendo de una excesiva presencia de ornamentos escultóricos tales como angelitos, figuras de evangelistas, etc., que no harían sino distraer la atención del sentido verdadero que debe predominar en toda representación de un misterio de la Pasión de Ntro. Señor, que es principalmente su carácter catequético.

Antonio Jesús Dubé Herdugo, Escultor y Licenciado en Bellas Artes